Cultura empresarial saludable

Cultura y estrategia en las organizaciones

Hace ya 32 años de una de las citas más famosas del mundo empresarial: “La cultura se come a la estrategia para desayunar”, atribuida a Peter Drucker. En realidad, el prolífico autor nunca dijo eso, sino que la “cultura es extraordinariamente persistente”.

Un estudio de PWC revela que el 84% de los líderes consideran la cultura como pieza fundamental para el éxito de su organización.
Yendo más allá, según un análisis del desempeño de 1.435 empresas en Estados Unidos durante 40 años, las 11 compañías con mejores resultados compartían tres atributos principales: tener a las personas correctas en los puestos correctos, una estrategia clara y consistente basada en fortalezas naturales, y una cultura sólida.

Qué entendemos por cultura organizacional

La cultura es el conjunto de comportamientos, creencias y valores de una organización. Es aquello en lo que creemos que nos hace comportarnos de una manera determinada y sostenida en el tiempo.
De forma simplificada, podría definirse como “la manera en que hacemos las cosas aquí” o “lo que hacen las personas cuando nadie mira”.

Si entendemos una empresa como un sistema compuesto por varios elementos relacionados entre sí con un propósito común, la cultura de dicha empresa sería la combinación de las diferentes subculturas de cada una de sus partes.

Cada individuo del sistema tiene una forma de ver el mundo particular, como si llevase unas gafas únicas, y toma decisiones según aquello a lo que da más importancia: sus valores. Todos tenemos valores y todos llevamos esas gafas, seamos o no conscientes de ello.

En la medida en que ciertos individuos ejercen mayor influencia que otros, sus creencias y valores tendrán un peso mayor en la cultura del sistema, como ocurre con el equipo de líderes de una empresa. Por eso, cualquier cambio cultural debe ser impulsado o, al menos, abiertamente acogido desde la dirección.

Cultura, estrategia y operaciones como pilares del éxito

Entonces, ¿es más importante la estrategia, la cultura o las operaciones?
En realidad, son tres patas de una misma mesa. Sin una estrategia clara, no hay visión ni futuro. Sin una cultura saludable, no existe la energía ni los hábitos necesarios para hacer realidad la estrategia. Y sin operaciones optimizadas, los procesos, las herramientas y las estructuras se convierten en obstáculos para el progreso y el cambio positivo.

Elementos de una cultura organizacional saludable

Consciencia

El primer elemento de una cultura saludable es la consciencia. Donde hay consciencia, hay luz, claridad y posibilidad de aprendizaje.
En el desarrollo de hábitos, existen cuatro fases consecutivas: incompetencia inconsciente, incompetencia consciente, competencia consciente y competencia inconsciente.
Para poder mejorar algo, es necesario saber qué está ocurriendo, decidir cambiarlo y comprometerse con el proceso.

Coherencia interna

El segundo elemento de una cultura saludable es la coherencia interna.
La coherencia se manifiesta cuando las personas del equipo directivo comparten valores comunes, cuando los miembros de la organización pueden ser ellos mismos y llevar lo mejor de sí a sus puestos de trabajo, y cuando existe alineamiento entre lo que decimos que es importante y aquello a lo que realmente damos importancia.
Los valores pueden evolucionar con el tiempo, pero este es siempre un proceso gradual.

Prosperidad

El tercer elemento de una cultura saludable es la prosperidad.
Podemos tener claridad sobre nuestra cultura (consciencia) y coherencia interna, pero si todo ello solo beneficia a unos pocos o genera ineficiencias, no servirá de nada.
Una cultura próspera maximiza los elementos positivos de la organización y los pone al servicio de un bien mayor: los clientes, la comunidad y los empleados.
De esta forma, se genera valor y se hace realidad el propósito común que une a los diferentes elementos del sistema.

Cómo identificar una cultura empresarial saludable

Puedes empezar observando tus resultados financieros y el espíritu de tu equipo. ¿Te gusta lo que ves?
También existen ejemplos de empresas que destacan por tener culturas conscientes, coherentes y prósperas:

Nike

Phil Knight fundó Nike con una visión inspiradora que luego trasladó a todos los aspectos de la cultura corporativa: “Yo creo que, si todas las personas salieran y corrieran un par de millas todos los días, el mundo se volvería un lugar mejor, y yo creo que estas zapatillas serán buenas para correr”.

Zappos

Zappos es una empresa donde trabajar es divertido y el foco está en hacer felices a los clientes.
Zappos Insights es un departamento de la compañía que enseña a otras organizaciones a crear una cultura de empleados felices y enfocados en el servicio.

Google

Google ha construido una cultura basada en la libertad y la responsabilidad al servicio de la innovación.
Algunos de sus equipos disponen de hasta un 20% de su jornada laboral para dedicarlo a proyectos de innovación con aplicación directa en el negocio.
De ahí nacieron proyectos como Google Chrome.

Southwest Airlines

El propósito de Southwest Airlines es “conectar a la gente con lo que es importante en su vida a través de vuelos agradables, confiables y de bajo coste”, mientras trabajan para “ser la aerolínea más querida, más eficiente y más rentable del mundo”.
Su cultura ha sido la base de sus excelentes resultados a lo largo del tiempo.

Cómo fomentar una cultura saludable en la empresa

Si quieres clientes felices, necesitas empleados felices.
Empleados que entreguen todo lo que son en su trabajo, con confianza, comunicación abierta, diversión, autoexigencia, servicio al cliente, compromiso, innovación y mentalidad emprendedora.

La felicidad es una condición intrínseca que depende de cada persona. Sin embargo, la empresa y sus líderes pueden crear las condiciones necesarias para que florezca: una cultura saludable basada en el ejemplo, donde cada persona pueda desarrollar su mejor versión.

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